Eric Packer sale de su casa de 48 habitaciones un buen día con la intención de cruzar la ciudad para cortarse el pelo en un suburbio de Nueva York.
En la limusina blanca le espera su chofer y su jefe de seguridad. Pero este no será un día cualquiera en su vida.
Eric es multimillonario, podría decirse que se ha labrado una de las mayores fortunas del mundo como asesor de inversiones, pero ese día tiene una desconcertante corazonada y decide apostarlo todo contra la subida del yen.
Desde que se monta en la limusina, Eric se ve inmerso en su particular odisea. Por ella pasan sus expertos en tecnología y en teorías, y su jefa de departamento entre otros. Incluso su médico personal le hace el examen diario para comprobar el estado de su próstata, mientras el resplandor cibernético de las pantallas instaladas en el interior del vehículo le suministra información constante sobre la fluctuación de las divisas.
Además del desfile de empleados, mantiene relaciones con su amante madura, su guardaespaldas e incluso con su esposa, heredera de una inmensa e histórica fortuna familiar, con la que lleva casado por conveniencia apenas unas semanas.
En su camino y, atasco tras atasco, se va encontrando con diversas situaciones, como la visita del presidente a la ciudad, el funeral de un famoso rapero, una violenta manifestación antiglobalización y el rodaje de una película. Además, una amenaza de muerte verosímil se cierne contra su persona en todo momento, contribuyendo al clima de paranoia que le imprime el autor a la novela.
Don Delillo (Nueva York, 1936) nos muestra a Eric como un símbolo del cruel capitalismo. Eric es rico y joven, despiadado e inquebrantable, temido y poderoso y de una deslumbrante inteligencia.
La variada y rica elegancia de la prosa de Delillo, a veces de una glacial poética, deriva hacia divagaciones filosóficas con claras implicaciones en el mundo tecnológico, lo que, en ocasiones, requiere de un intenso ejercicio de concentración.
David Cronenberg será el encargado de llevar la adaptación de la novela al cine este mismo 2011.
D.A
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EN PICADO (A long way down), Nick Hornby, Editorial Anagrama, 2005.
El día de Nochevieja (cuando se dan más suicidios), en la azotea de un edificio de Londres (donde se dan más suicidios), cuatro personas coinciden con el fin de saltar y acabar con su vida.
Este es el punto de arranque de la novela. Hornby alterna, en primera persona, los relatos de los cuatro protagonistas desde que se conocen, de forma que en seguida te hace formar parte de la historia, hasta llegar a empatizar con ellos e intentar comprender las razones que les han llevado a tomar esa fatídica decisión.
Brevemente, esta es la historia de estos cuatro perdedores sentimentales:
Martin era un presentador de televisión de éxito hasta que engañó a su mujer con una quinceañera y acabó en la cárcel. Al salir, es despedido y abandona a su mujer e hijas y es humillado públicamente cada vez que es reconocido.
Maureen es una mujer soltera de unos cincuenta años, muy religiosa, que cuida de su hijo, vegetal desde que nació, fruto de la única relación sexual que ha tenido.
Jess tiene 18 años. Es maleducada, hiriente en todos sus comentarios, cruel y está infelizmente chiflada. Que su novio la abandone sin darle una explicación es una gota más en su rebosante vaso.
JJ es un atractivo músico norteamericano cuya novia lo deja, su grupo se disuelve y ahora sobrevive en Londres repartiendo pizzas.
A partir de esa noche, este grupo de personas tan heterogéneo decide posponer su suicidio hasta el día de San Valentín (segundo día del año que más suicidios se cometen), y vivirán situaciones surrealistas y muy cómicas pero que ya no afrontarán individualmente.
Nick Hornby (1957) es un polifacético autor británico, melómano y futbolero y con un humor muy peculiar, capaz de tratar temas como el suicidio con una fina e hilarante ironía sin restarle la seriedad que merece, y eso se me antoja muy difícil.
Es autor de grandes éxitos (Alta fidelidad, 1995; About a boy, 1998), adaptados a la gran pantalla, ensayos, guiones para el cine (nominado en 2009 al Oscar por An education), profesor de literatura, periodista y crítico musical.
“Como siempre, Hornby continuará siendo el más imitado y el menos imitable de los escritores británicos” (The independent).
D.A
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SUITES IMPERIALES, Bret Easton Ellis, Editorial Mondadori, 2010.
Sus novelas despliegan la vida de una sociedad norteamericana de clase alta, jóvenes hijos de magnates, yuppies, ejecutivos, modelos y personalidades de éxito que bajo sus bronceadas máscaras esconden el verdadero horror del glamour, la vacuidad de sus existencias y un nihilismo subyacente que sustituye las relaciones afectivas por toda clase de adiciones y perversiones que desembocan en una inevitable soledad.
Suites imperiales es la continuación, 25 años después, de Menos que cero. Ambientada en el mundo del cine, la novela comienza cuando Clay, su protagonista, vuelve a Los Ángeles, convertido en guionista de cine, para participar en los castings de The Listeners. Clay se instala en una habitación del Doheny Plaza, y es seguido, observado y acosado por un jeep azul desde el que supuestamente le llegan mensajes de texto. Mientras, asiste a fiestas de productores y directores de Hollywood, donde se reencuentra con su círculo de decadentes amistades hasta que conoce a Rain Turner, una actriz de segunda fila, capaz de hacer cualquier cosa por un papel y sobre la que se va desplegando una red que abarcará a todos los personajes de la trama. Rain será el objeto de la enfermiza obsesión de Clay. Vodka, xanax, y coca, por citar algunas sustancias que consume constantemente, ampliarán su psicosis.
La prosa de Ellis está repleta de diálogos y descripciones detalladas en las que se incluyen marcas comerciales de la élite del lujo y en las que no faltan las referencias musicales que construyen su propia banda sonora; todo ello hace que su lectura sea, por un lado, una fácil traslación visual, como si se estuviera leyendo un guión de cine o siendo espectador de una película o de un video musical.
Pero por otro lado, las suyas no dejan de ser novelas de difícil digestión, dejando en el lector un poso amargo, una náusea de adictiva fascinación, teniendo en American Psycho (1992) su máxima representación, hasta el punto de que ciertos movimientos socialmente conservadores del momento se manifestaron en contra de la publicación y posterior exhibición de la novela, lo que le convirtió en un escritor maldito para siempre.
D.A
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GUERRA MUNDIAL Z. Una historia oral de la guerra zombi. Editorial Almuzara, 2008.
La historia sigue de forma cronológica la expansión del virus, comenzando por el primer paciente que atiende un médico en una aldea china. Se suceden los casos y se disparan las alarmas. Las farmacéuticas desarrollan una falsa vacuna, el phalanx, que reportó grandes beneficios a expensas del miedo humano.
Llega el Gran Pánico. La falta de información fiable hace que las huidas se conviertan en masivas corrientes hacia una muerte segura. También fracasan los intentos de contención del avance zombi, como la cruenta batalla de Yonkers, en la que son conscientes de que luchan contra la mayor amenaza, la que no muestra pensamiento consciente, sino que se guía por puro instinto biológico y no necesita suministros, no negocia, no se rinde.
En este punto, el relato se centra en EEUU, en la reorganización de los recursos. Es curioso ver como los que antes de la guerra ocupaban puestos importantes en el mundo capitalista pasan a ser mano de obra, dirigida e instruida por los que antes eran sus empleados.
El suicidio es un tema muy recurrente, no sólo por el miedo a ser devorado o infectado, sino también por las secuelas psicológicas postconflicto.
Fuera de las fronteras estadounidenses se recogen testimonios trepidantes, como la huida del otaku japonés, la victoria de Cuba, o como se afrontó la guerra desde estaciones espaciales, pasando por los túneles de París, hasta la oscura profundidad del océano.
Finalmente, se toma la determinación de pasar a la ofensiva y barrer todo resto zombi, incluyendo zetas, emes, quislings, niños salvajes, los llamados “soy leyenda”, etc., apoyados en nuevas estrategias. La intensa narración en primera persona dota a cada historia de un aterrador realismo que, aunque sabes que no ocurrió, te hace pensar que de producirse, sería de forma parecida.
Para los que quieran más, recomendar su interesante primer libro, la Guía de Supervivencia Zombi, y esperar a la película, un proyecto a cargo de Plan B, la productora de Brad Pitt, y Paramount Pictures.
Diego Arroyo
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NOCILLA DREAM
En 2006 la editorial Candaya publicó la obra de Agustín Fernández Mallo “Nocilla Dream”, primer volumen de la trilogía “Proyecto Nocilla”. Desde entonces parece como si el mundo literario en España hubiera visto tambalear los cimientos de su tradición. Público y crítica se apresuraron a diseccionar esta “no novela” pero no desde el punto de vista narrativo, sino desde el que me parece su punto más interesante, el constructivo.
Fernández Mallo crea un universo singular de tramas entrecruzadas o no, utilizando una literatura visual, capaz de crear un collage narrativo en el que las imágenes crepusculares que se suceden evocan sensaciones impregnadas de soledad y vacío, procedentes de una inercia cósmica que a veces no sabes dónde te va a llevar.
El autor es licenciado en ciencias físicas, y se manifiesta influenciado por Borges, Cortázar e Ítalo Calvino, entre otros, pero sobre todo por la literatura dedicada a la ciencia o el arte. De ahí ese afán por fusionar poesía y ciencia, y por reinventar un género literario, que adorna con simbologías postmodernas y retales de cultura pop que harán las delicias de los mitómanos más marginales.
En esta “no novela” tienen cabida múltiples personajes, como ancianos chinos surferos o un pintor que utiliza chicles para confeccionar sus cuadros, trascurriendo por escenarios de serie B, como micronaciones y desiertos, y utilizando elementos metafóricos como un árbol del que cuelgan centenares de zapatos, todo ello ensamblado con citas ajenas y referencias culturales de lo más variopinto, tanto musicales o cinematográficas, como científicas o tecnológicas.
También se ha hablado mucho de la falsa radicalidad de su discurso y sus detractores comentan el éxito sobredimensionado que ha adquirido su obra. La tachan de insustancial y pretenciosa, de baja calidad literaria e incluso de una broma que el tiempo juzgará y sentenciará. No creo que sea el tiempo quién deba cumplir esa función, sino que te corresponde a ti, lector, formarte una opinión. Desde luego, no te dejará indiferente.
Diego Arroyo
