Muestrario

Poemas de Ana Arroyo


SER

Ser
aire y mezclarme contigo
invisible partícula que penetra
en tus pulmones,
río y arrastrarte
con la fuerza de los rápidos
o acariciarte
en la calma de los remansos.
Ser
el silencio que acompañan tus palabras,
la respuesta a tu pregunta,
esa fotografía guardada en tu cartera,
todo, algo, no importa qué,
pero parte de ti.


ERRANTE CAMINAR
Vivo en el desierto de otro
tiempo
que no es el mío
porque no te encuentro.
Perdida en el laberinto de los
años
no hay salida hacia otra vida
que te incluya.
Allá donde voy, flores extrañas
señalan el sendero de
los pasos solitarios
de mi errante caminar.


POR ESO
Te quiero porque me haces reír
Por la mañana cuando te levantas
despeinado,
porque me cantas canciones
desafinando,
y también por esas noches
esperando juntos a la salamandra
que se pasea por el jardín.
Te quiero porque te quiero,
porque me mimas
y no te importa el color de mis ojos
ni los centímetros de mi cintura
sino mi mirada en la tuya
y el calor que te dan mis besos.
Te quiero porque te quiero
por eso y por mucho más.



DESGUACE
Si me abandonas
me cubrirá la herrumbre
del viejo automóvil
que duerme el sueño
de los cementerios de hojalata
y las gotas de lluvia
formarán mares de ausencia
entre los pedales
pudriendo metálicas entrañas,
oxidando el corazón de hierro de mi motor.
Si me abandonas,
no seré nada ni nadie, o tal vez,
el trasto inútil en tu desván,
del que tu memoria se olvidó hasta de tirar.
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Iván Sánchez Álvarez


Poema 1

Siento que lo toco con mis manos,

y sin más se escapa entre mis dedos....
Es la maldición que lleva mi vida
de un lugar a otro...
Es una carrera entre espinas negras
que van rasgando mi vida
dejando que sangre mi esperanza...
Maldito equilibrio que deshace mis noches,
que me lleva y me trae
para abandonarme en medio de nada,
para dejar que me ahogue
en mis propias letras...
En un remolino de versos
que me sumergen hasta ese lugar 
donde se esconde la vela solitaria
que guarda su luz solo para mí.
Y entre el agua turbia,
arriba...
aún veo tu rostro...
y trato de nadar hacia él,
para que las letras se ordenen...
para cambiar versos por caricias y miradas...
para soplar esa vela y extinguir su llama solitaria...

Poema 2

Bajo la luz de la luna

mis ojos se cansan de no encontrarte...
Bajo los rayos del sol
vi arder aquellas frases envenenadas...
Bajo este agua empantanada
nuestro amor se ahogaba una y otra vez...

Y ahora las palabras
se descuelgan hacia ningún lugar
dejando paso a los sueños rotos...
Y ahora paseo solitario por este inmenso jardín
de rosas negras
que has cultivado para mí...

Poema 3

El sol del amanecer me sorprende

entre los critales de la última botella,
después de los largos tragos del recuerdo y el olvido.
Cada noche secuestro tu imagen
y viajo con ella donde soliamos viajar,
y hago con ella lo que soliamos hacer...
Y entre grandes tragos y leves sonrisas
mi mirada se pierde en el horizonte
que soñabamos cruzar juntos algún día.
Y ahora esa canción que se repite en mi cabeza
te añora casi tanto como yo.
Y mientras suena una y otra vez
vives de nuevo a mi lado...
Y mientras suena una y otra vez
vuelvo a tenerte entre mis brazos...
Y mientras suena una y otra vez
los besos del pasado se sienten en el presente...
Sigo acompañando los atardeceres
con cualquier whisky barato,
mientras contemplo las calles por las que paseabamos
sentado en lo alto de la colina,
esperando que el sol me vuelva a desvelar
enseñándome la botella hecha añicos,
como añicos se quedaron mis sueños al despertar.

Poema 4

Entre las palabras malsonantes

siempre se esconden los deseos de un amor moribundo.
Entre día y día
nuestras vidas suben y bajan las escaleras hacia ningún sitio.
Siento comos si nuestras lenguas quisieran articular bonitos sonidos de amor,
pero solo llenan de veneno los segundos.
...Y luego llega la calma...
que nos enseña los últimos resquicios de nuestro amor,
que nos devuelve a los instantes de pasión.
...Y de nuevo vuelven las nubes...
y la tempestad que golpea nuestros rostros nos aleja un poco más...
... un poco más...
... un poco más...
Quisiera que fueses tú,
pero sé que no lo serás.
Aunque alguna noche dejamos todo a una lado
y permitimos que nuestros cuerpos desnudos hablen por nosotros,
aunque nuestros ojos se miren con deseo,
sé que ya te has metido en mi arcón del pasado,
sé que el futuro que construimos se desmorona,
se cae piedra a piedra
y se convierte en las ruinas más bellas de mi vida,
y en la espina más mortal que ha conocido mi corazón.
Entre los hermosos recuerdos
siempre se esconderán nuestras miradas prohibidas...